sábado, 27 de octubre de 2012

Donde no hay sacrificio, no hay amor.









       Hoy inicia una nueva etapa en nuestras vidas, estábamos haciéndonos daño sin preocuparnos por nosotros mismos, nuestras vidas estaban dejando de tener valor para nosotros, ya habíamos tomado la decisión de tomar caminos separados para no continuar infligiéndonos daño, pero yo creo que Dios escucho nuestras oraciones y nos envió un rayo de luz, hablamos de lo que nos estaba haciendo daño y reencontramos que no nos habíamos perdonado, por más que dijéramos que si no nos estábamos otorgando el perdón. Al sentir que ella me perdono pude volver a sonreír, el ver que realmente está luchando porque nuestro matrimonio sea mejor que antes, hace que mi corazón vuelva a latir, que mi cara se ilumine con una sonrisa, quiero llorar pero esta vez no es de tristeza es de felicidad por poder hacer las cosas bien.

       Fueron varios factores mediante los que nos estábamos haciendo daño, espero que podamos dejarlos atrás y continuar, olvidar todo el daño que nos hicimos, que no regrese a nuestras memorias, y si regresa que sea como lección aprendida, no como tristeza o amargura, ya tuvimos mucha de esas en nuestras vidas.

       Me veo en el espejo y veo una sonrisa que ilumina mi cara, volteo al cielo y le doy gracias a Dios por darme la oportunidad de demostrarle a mi esposa que puedo ser mejor que antes, que no se arrepentirá de darme esta oportunidad de ser feliz y estar a su lado, hoy si hasta que la muerte nos separe…..

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