martes, 16 de octubre de 2012

Amar puede ser un amargo sabor de boca, pero vale la pena si al final lo dulce de sus labios recompensa tu amargura...









      Hoy durante el día estuve muy ocupado, pero llega el final del día, y la soledad envuelve mi ser, la amargura que el trabajo aisló por un rato regresa, busco ocuparme pero llego y no quiere salir. No encuentro algo que me mantenga ilusionado todo el día, me gustaría ser como los niños que con pequeñas cosas son felices, las tengo pero no las disfruto.

      Quiero la compañía de alguien que me haga sentir importante, no para el mundo, importante para ella, ella lo será para mi, que se ría de mis chistes tontos, que al estar a mi lado se sienta acompañada, que cuando la voltee a ver no me pregunte porque la estoy mirando, que desde antes sepa que la voltee a ver porque me gusta verla, me gusta grabar su imagen en mi memoria, una vez esto paso en mi vida, miraba a esta muchacha y cuando la volvía a ver recordaba que ropa llevaba, desde sus zapatos a sus aretes.  No sé si porque la muchacha tenía poca ropa o porque me gustaba guardar en mi memoria ese recuerdo.

     Hoy todavía algunos de esos detalles están grabados dentro de mí, nunca le dije esto porque no creí necesario decirle que estaba con ella por ella, no por obligación o por otra cosa, su compañía me hacía sentir rey aunque fuera el más pobre, hoy que solo tengo amargura, extraño esto, espero algún día volver a tenerlo.

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