martes, 25 de marzo de 2014

Para sanar una herida de amor, hay que dejar de tocarla.










     Sé que no es bueno ni sano vivir cada día sufriendo mis pérdidas, no serán las últimas pues es ley de vida, siempre hay algo o alguien que nos hará sufrir.

      Las tristezas de la pérdida del amor son las más grandes, y las más difíciles de superar. No soy capaz de salir de la agonía que el pasado me provoca, así que lo que hago es escribirlo…

      Busco salir de este estado de auto-lastima y no logro encontrar la forma de hacerlo, agradezco a Dios el despertar y tener una oportunidad de ser mejor, pero al llegar la noche y encontrarme solo, la tristeza se apodera de mi, y las lagrimas que no derrame por mucho tiempo salen solas…

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