Antes no derramaba ni una lagrima, mostraba indiferencia
ante todo, no pedía perdón, buscaba culpables de mis errores, y mi vida transcurría
así…. Tú me enseñaste a ser todo lo contrario, me enseñaste que el pedir perdón
cura las heridas que provocamos y libera nuestro ser de la culpa del daño que
hacemos. También me enseñaste que soy humano puedo equivocarme y tengo que
aceptar mis errores, abriste mi corazón al amor verdadero, desinteresado, el
que da sin esperar nada a cambio.
Hoy lloro por no haberlo aprendido a tiempo, lo mejor que tenía
en mi vida eras tú y no te cuide, tu amor se fue a otro lado, intento poder
seguir sin ti, pero no puedo, mi corazón cada vez duele más, me dicen que debo
amarme a mi primero, pero soy tan egoísta que quiero que tú me ames también, no
sé si podre seguir…. El dolor del alma es más fuerte que cualquier otro dolor
que haya experimentado y no puedo pararlo.
Me pregunto cuánto aguantara mi corazón, tendré el tiempo
suficiente para perdonarme y volver a amar? Solo Dios y el tiempo lo saben, y no escucho
que me respondan, aunque si, sus repuestas son vive y lo sabrás….
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